domingo, 5 de julio de 2009

Un disparo en la noche

Es malo levantarse con el pie izquierdo, pero peor embadurnado de sangre.
El disparo le despertó. El dolor que sentía en su pierna era insoportable. Un bala le había atravesado.
Miró a su alrededor pero no vio a nadie. En la habitación sólo estaba el. Invadido por el pánico, trató de llegar al teléfono lo más rápido que pudo, pero antes de llegar a salir de la habitación, calló al suelo. El dolor de la pierna era demasiado fuerte para caminar, y la hemorragia lo había dejado sin fuerzas.
Desde el suelo vio que había un arma junto a la cama. Era su propio revolver, el mismo con el que dormía, y al que había olvidado poner el seguro.


Diego Escudero

5 comentarios:

Ángelicaladas dijo...

Un accidente tonto lo tiene cualquiera jajjajaja. Bien llevado, y eres el único que leí en el que la sangre era propia y no ajena

Rebeca Gonzalo dijo...

Muy bueno. Breve y un tanto cómico. ¡Genial!

Isabel dijo...

Que gañan, mira que no poner el seguro...

Virginia Vadillo dijo...

Eres el primero que leo que se dispara a sí mismo en lugar de disparar a otro =)
Me gusta, me gusta...

Dama Blanca dijo...

Wow, ¡he encontrado tu blog de casualidad y resulta que también eres un cuentacuentos! (Yo llevo un tiempo inactiva, pero quiero ver si remonto esta semana)

Muy original el microrrelato, ¡un saludo!