Nunca volví a tener amigos como los que tuve cuando tenía doce años, y me alegro mucho porque más que amigos eran una tortura. Pablo además de pegarme mocos se tiraba pedos a todas horas, Clara no dejaba de hablar a gritos de vestiditos y cosas de niñas, y Tino siempre manchaba mis dibujos con sus manos mugrientas.
Lo que más me jodía de mis amigos era el apodo que me habían puesto. Los muy cabrones me llamaban psicópata. Me irritaba tanto que me llamaran así que me vi obligado a tomar medidas, y ahora sus cuerpos descansan junto a mis anteriores víctimas. Después de librarme de ellos tomé una de las decisiones más inteligentes de mi vida. Jamás volvería a tener amigos.
Diego Escudero
7 comentarios:
Es que si al niño le pones Jack El Destripador, ¿qué quieres que sea de mayor?
Un besote,
Mun
Me recuerdas a Dexter!! ¿has visto la serie? te la recomiendo!
Cuando lei la frase por primera vez, me resultó chula por el gir que se le podía dar... algo parecido a lo que has escrito iba yo a escribir... al final no, pero tú lo has escrito muy chulo, porque no te imaginas que al final el chaval los matara a todos... esta chulo
felicidades!
Que bestia eres tío, sutil y delicado, como siempre, en tu linea.
Me encanta, deberíamos hacer eso con los "amigos" coca huevos.
Un beso
Como siempre enérgico y bestial. Me encanta. Un abrazo.
Dos párrafos de crudeza desnuda di que sí
Desde luego, imaagino que será el más original de los relatos de la semana ajajajaj
Un saludo
Original desde luego jajaja que bestia el tio, lo debió pasar realmente mal, no quiero ni imaginarme como fueron las muertes...
Un saludo
Decir: "Se lo tenían merecido" desvelaría mi condición...
Pobrecillos, lo odiosos que llegaban a ser...
¡Un saludete!
Oski
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