sábado, 17 de julio de 2010

Hoy he vuelto a sonreir

El sol brilla, los pajaritos cantan, y el puto despertador vuelve a joderme la vida. Me levanto encabronado, estoy harto del subnormal de mi jefe, de escuchar las payasadas del pelota de mi supervisor, y de ser infravalorado constantemente.

Cuando subo al bus para ir al curro veo las mismas caras de siempre. Viajo rodeado de personas amargadas que viven atrapadas por la rutina de un trabajo que odian. Toda esta gente me da mucha pena porque yo también siento lo mismo que ellos.

A las ocho llego al trabajo, y en la entrada está el hijo de puta de mi jefe mirándonos con gesto de superioridad. El muy cabrón se debe pensar que es un dios o algo así, pero no lo es, y yo se lo pienso demostrar. Delante de todo el mundo me dejo llevar por la ira y le pego una hostia en toda la cara. Sé que esto me causará problemas. Acabaré en la calle, y tendré una denuncia por agresión, pero por un momento he sido la persona más feliz del mundo, y después de mucho tiempo, he vuelto a sonreír.


Diego Escudero

3 comentarios:

Deprisa dijo...

¿Es realidad o un deseo que has deshogado en el relato? :P
Besos,
Laura

Diego Escudero dijo...

No es real, simplemente es un relato, aunque estoy seguro de que se han dado situaciones reales parecidas.

Isabel dijo...

jajajajajaja... y dile algo, que se ha quedado más a gusto que la hostia