El sol se apagó, y nadie estaba preparado para la oscuridad. Los duendes necesitaban volver a encenderlo pronto. Su mundo, estaba muriendo. Para realizar tan importante misión, escogieron a Bliskin, un duende joven y valiente. Si quería encender el sol de nuevo, Bliskin tendría que viajar al mundo de los hombres con una antorcha mágica, y buscar algo con lo que encenderla.
El primer sitio en el que trató de encender la antorcha, fue un bufete de abogados. Allí, un grupo de hombres trajeados, trabajaba con un único objetivo, conseguir dinero. No les importaba que su cliente fuese un cruel asesino, para ellos, lo único importantes era ganar juicios, y conseguir grandes beneficios al hacerlo.
Al no conseguir fuego para la antorcha en el bufete, Bliskin buscó en un taller. En el taller, un joven con aspecto de estar cansado, trabajaba en un motor, mientras que un hombre gordo gritaba metiéndole prisa. Allí, tampoco pudo encenderla.
Tras mucho buscar, encontró una pequeña escuela, En la escuela, una anciana maestra, se dirigía a sus alumnos emocionada. Les estaba contando un cuento. Un cuento lleno de magia, fantasía, duendes, dragones, unicornios... Un cuento, que encendió la antorcha con la que Bliskin devolvió la luz del sol a su mundo.
Diego Escudero