viernes, 15 de mayo de 2009

Vampira


Un día cualquiera no sabes que hora es, te acuestas a mi lado sin saber por que, y la verdad es que yo tampoco lo se.

Tu reputación como cazador de vampiros es intachable, si tienes un objetivo en mente, no paras hasta terminar con el, no conoces el miedo ni la piedad, y tienes un conocimiento sobre nosotros, superior al del resto de cazadores.

La noche en que te conocí el cielo estaba enfurecido, una fuerte tormenta se había desatado, y el constante resplandor de los relámpagos iluminaba la ciudad.
A muchas personas les asusta la noche, las sombras, las tormentas. Pobres ilusos, no saben a lo que tienen que temer.
Salí a la calle bajo la fuerte lluvia. Aquella noche tenia un hambre atroz, y buscaba una buena presa. La cacería había comenzado.
Me abalancé hacia un taxi que permanecía parado en un semáforo, y de un golpe, atravesé la ventanilla del conductor. Agarrándolo del cuello, tiré del taxista sacándolo del coche. Repentinamente, toda la fuerza de mi ser abandonaba mi cuerpo. Una estaca atravesaba mi corazón.

Eras consciente de que la estaca únicamente paraliza a un vampiro.
Para destruirnos, es necesario decapitarnos o incinerar nuestro cuerpo, ya sea con fuego, o con luz solar. Aun así, no acabaste tu trabajo y me dejaste vivir.
Las primeras noches desde nuestro encuentro, me mantuviste cautiva, inmovilizada por unas fuertes cadenas, pero retiraste la estaca de mi pecho. Me alimentabas con bolsas de sangre, que seguramente, habías conseguido en algún hospital.
La sangre envasada, no nos alimenta igual que la que corre por las venas de un mortal, pero nos mantiene vivos durante unas noches.
Poco a poco comenzamos a conversar, surgieron lazos de amistad entre nosotros, y finalmente me liberaste. Con el tiempo, la amistad se convirtió en amor, y hasta el día de hoy, vivimos un romance imposible.

Yo no soporto que mates a mis hermanos, y tu no soportas que me alimente de la esencia vital de los hombres. Pero esto tiene solución.
Ahora que duermes y eres vulnerable, te daré la vida eterna. Morirás como hombre, y nacerás como vampiro.

Diego Escudero

4 comentarios:

Ángelicaladas dijo...

El bien y mal, de la mano ¡y en la cama! jajjaja parejas más incomprensibles se ven todos los dias ;)

Reithor dijo...

cría cuervos... y te sacarán los ojos. Los psicologos no deben enrollarse con sus pacientes, y esto deja claro que los cazavampiros menos...

La historia está bien, pero mírate alguna concordancia de género que no cuadra.

Un saludo!

Isabel dijo...

Vaya, vaya, si que te han gustado los vampiros ¿eh? veo que el anochecer ha hecho mella en ti.

Un beso

Suseya ediciones dijo...

Nunca te fies de un vampiro y si es chica menos ;P

Buen texto, creo que un poco llevado a la carrera, me gustaria leer mas pero en estos formatos ahy que condensar historia en pocas lineas.

Un saludo El Bardo

PD: Si fuera la vampira, miraria bien el cuello del cazador, por si lleva un colgante con una cruz o se a hinchado a ali-oli antes de dormir :D